lunes, 6 de diciembre de 2010

Ingredientes funcionales en las formulas infantiles.

El verdadero estándar de oro para las fórmulas infantiles es el de “acercarse al máximo a la composición de la leche materna y a la respuesta metabólica del lactante alimentado con leche materna”.
Los últimos avances realizados en la elaboración de las fórmulas infantiles responden al criterio de la ESPGHAN de acercarse al máximo a la composición de la leche materna y a la respuesta metabólica del lactante alimentado con leche materna.
Nuevos Conceptos de Investigación en Nutrición Infantil
En los últimos años han cambiado sustancialmente los criterios de evaluación de los sustitutos de la leche materna. Durante décadas, el objetivo principal de la investigación y desarrollo de las leches infantiles ha sido acercarse a la composición química de la leche materna. En la actualidad,  los organismos líderes en la nutrición pediátrica, como la ESPGHAN, señalan que el verdadero estándar de oro para las leches de inicio es el de “acercarse al máximo a la composición de la leche materna y a la respuesta metabólica del lactante alimentado con leche materna”. Se puede considerar que una fórmula infantil tiene un carácter funcional cuando presenta alguna de las siguientes características:
- Ejerce un efecto beneficioso sobre funciones específicas del organismo.
- Mejora el estado de salud y bienestar del lactante.
- Disminuye el riesgo de enfermedad en el bebé.
Entre los avances más significativos caben señalar los siguientes:
Efecto Bifidógeno: reducción del contenido de proteínas y fósforo.
Para asegurar una óptima síntesis proteica y por lo tanto un adecuado crecimiento, se deben aportar aminoácidos esenciales y semi-esenciales al menos en la misma cantidad que en la leche materna. Por ello, una leche de inicio debe tener un perfil de aminoácidos similar al de la leche materna, proporcionando todos los aminoácidos esenciales, como mínimo al mismo nivel.
la conjunción del contenido reducido de proteínas y fósforo y la presencia de lactosa como hidrato de carbono mayoritario ha permitido conseguir que los lactantes alimentados con estas fórmulas infantiles tengan una flora predominante en bifidobacterias, similar a la de los alimentados con leche materna, con el consiguiente efecto positivo para el desarrollo del sistema inmunitario.
Oligosacáridos.
Los oligosacáridos son moléculas que contienen un pequeño número de residuos de monosacáridos (3 a 10) unidos a enlaces glucosídicos. Se han identificado más de 130 oligosacáridos en la leche materna y su presencia disminuye a medida que progresa la lactancia. Así, en el calostro la cantidad presente representa el 24% del total de hidratos de carbono mientras que a los dos meses esta cantidad desciende al 15%(15).
Aunque se ha observado que una mezcla de dos oligosacáridos puede favorecer la flora bifidógena, la ESPGHAN señala que no se debe hacer una recomendación general sobre su utilización.
Probióticos.
Los probióticos se definen como los microorganismos viables que, ingeridos con la alimentación, pueden tener un efecto positivo en la prevención o en el tratamiento de estados patológicos específicos. Para efectuar una adecuada selección de los probióticos en la alimentación infantil, el criterio de selección no solamente se ha de basar en consideraciones tecnológicas u organolépticas sino que se ha de tener en cuenta su actividad biológica. En la actualidad, los criterios de selección de los probióticos son los siguientes:
- No ser patógenos.
- Ser de origen humano.
- Ser tecnológicamente utilizables.
- Sobrevivir en su paso por el tracto digestivo y recuperarse en las materias fecales.
- Alcanzar su lugar de acción en el intestino en buenas condiciones viables.
- Capacidad de adherirse a la superficie de las mucosas y prevenir la adhesión y colonización de patógenos.
- Tener efectos positivos sobre la respuesta inmune.
- Tener efectos beneficiosos sobre la salud del consumidor.
Entre las distintas cepas, se ha observado en ensayos clínicos que el Bifidobacterium lactis es efectivo en la prevención de diarreas y en el sistema inmunitario.
Ácidos Grasos Poliinsaturados de Cadena Larga (Lc-Pufas)
Los LC-PUFAs tienen unas funciones biológicas y estructurales significativas, siendo los más importantes los ácidos araquidónico (ARA) y docosahexaenoico (DHA).
El ARA (C20:4(ω-6)) es el principal componente de la mayoría de los tejidos periféricos, como el corazón y el hígado, y está presente en el tejido nervioso en cantidades importantes. Es el precursor de las sustancias biológicas conocidas colectivamente como eicosanoides: prostaglandinas, leucotrienos y tromboxanos, que desempeñan un papel importante en los procesos de inmunorregulación e inflamatorios y en la contracción de los músculos. En particular, las prostaglandinas intervienen en lamodulación de la intensidad y duración de las respuestas inmunitarias e inflamatorias.
La adición de DHA y ARA con una relación 1/1 potencia los efectos inmunomoduladores y permite conseguir unos niveles de DHA y ARA plasmáticos similares a los de los lactantes alimentados con leche materna.
Nucleótidos.
Los nucleótidos son componentes intracelulares de bajo peso molecular, constituidos por una  fase nitrogenada en anillo, una pentosa y uno o varios grupos fosfatados en unión éster. Se absorben en el intestino y una vez en el interior celular su principal función es ser las unidades
a partir de las cuales se sintetiza el ADN y el ARN celular. Por eso son cruciales en la reparación tisular y en el recambio celular, ya que cuando se crean células nuevas se sintetiza material genético, siendo aspectos muy importantes en el desarrollo del lactante.
Los nucleótidos se dividen en pirimidinas y purinas y en la leche materna hay un predominio de las pirimidinas, más fácimente metabolizables, sobre las purinas. Como el epitelio intestinal se renueva completamente cada 3-5 días, se necesitan cantidades altas de nucleótidos para la regeneración de las células. Aunque en la mayoría de casos, la producción endógena de nucleótidos cubre las necesidades, en las situaciones de crecimiento rápido, el aporte suplementario de nucleótidos puede ahorrar el coste metabólico de su producción endógena. Esto tiene un efecto positivo sobre la funcionalidad de los linfocitos intestinales y la inmunidad, ya que favorecen la maduración de los linfocitos T y la activación de macrófagos y de linfocitos citolíticos naturales (natural killer cells).
Conclusión.
Esta breve exposición de la funcionalidad de determinados ingredientes presentes en las fórmulas infantiles es una muestra de que la investigación constante que se lleva a cabo permite acercarnos cada vez más al verdadero patrón de oro de la alimentación infantil en los primeros meses de vida: la leche materna. Asimismo conviene recalcar la necesidad de efectuar ensayos clínicos aleatorios a doble ciego placebo-controlado con cada una de las fórmulas infantiles funcionales con el fin de demostrar sus efectos beneficiosos de una forma científicamente contrastada.
Fuente:
Boletín de la Sociedad de Pediatría de Asturias
España, 2008.

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