
A diferencia de la mayoría de los productos que se encuentran en el mercado, la golosina tiene colorantes naturales elaborados del pigmento de la sandía –un carotenoide llamado licopeno– y que tiene características antioxidantes.
La responsable del proyecto, María del Pilar Buera, del Laboratorio de Propiedades Fisicoquímicas y Conservación de Biomoléculas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) recalcó que no tiene “el aroma y el sabor” de la sandía pero sí un gusto frutal.
Fuente:
Generación.com
Enero 6, 2011
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