miércoles, 8 de diciembre de 2010

Utilización de Sustancias Antimicrobianas Producidas Por Bacterias Ácido Lácticas en la Conservación de la Carne

La aplicación de cepas biopreservantes así como de los extractos y metabolitos producidos por ellas, han demostrado su capacidad de extender la vida de anaquel.
El uso de bacterias ácido lácticas (BAL) en la biopreservación de alimentos ha tomado gran importancia en los últimos años debido a la capacidad para controlar microorganismos patógenos y alterantes. La aplicación  de cepas biopreservantes así como de los extractos y metabolitos producidos por ellas, han demostrado tener control sobre diversos microorganismos no deseados consiguiendo alargar la vida útil de los alimentos y dar seguridad contra bacterias que puedan afectar la salud del consumidor.
En esta revisión se abarca aspectos de la biopreservación en alimentos y específicamente en carne y productos cárnicos, susceptibles de alteración y ataques de diversos microorganismos. Se detallan las metodologías de biopreservación más comunes utilizadas en alimentos, así  como aspectos más relevantes de los metabolitos producidos por las bacterias ácido lácticas, haciendo especial énfasis en las bacteriocinas que son sustancias antimicrobianas que han demostrado ser eficaces en el control de diversos microorganismos y han tenido exitosa aplicación a los alimentos. Se revisa el uso de la biopreservación considerado como una tecnología de barrera que combinado con otros métodos de conservación como la refrigeración y ligado a Buenas Prácticas de Manufactura pueden ser una opción interesante para disminuir la adición de preservantes químicos, proporcionando alimentos seguros preservados naturalmente. 
Aplicación de bacterias ácido lácticas y bacteriocinas en la biopreservación de carnes y productos cárnicos.
El uso de BAL como cultivo bioprotector en carnes trae ciertas ventajas, pues el efecto en las características sensoriales es considerado “oculto” o no percibido durante la maduración, debido al bajo contenido de hidratos de carbono y la fuerte capacidad amortiguadora de la carne. Estas bacterias no producen un cambio drástico de las características sensoriales en comparación a los cambios que tienen lugar en la leche y hortalizas fermentadas. No obstante cuando se van a utilizar cepas bioprotectoras en carnes y sus derivados, los cultivos microbianos deben cumplir características importantes como mantener su efecto inhibitorio a bajas temperaturas y causar un efecto insignificante en el pH de la carne. Lo anterior puede volver más atractivo el uso extractos crudos o de bacteriocinas purificadas directamente sobre la carne para evitar efectos posteriores a la biopreservación.
Durante la evaluación de un cultivo productor de bacteriocinas para la fermentación de embutidos o para la biopreservación, es necesario considerar que la carne o los productos cárnicos son sistemas complejos con un número de factores microbianos que influencian el crecimiento y la producción metabólica. Lo anterior indica que el desempeño de los cultivos productores de bacteriocina requieren ser comprobados antes de su aplicación en alimentos para determinar la influencia que tienen sobre ellos los componentes de la formulación y de la tecnología de fermentación. Específicamente en la carne fresca son varios los factores que pueden interferir con la actividad de la bacteriocina como la inactivación de las bacteriocinas por las proteasas endógenas de la carne y/o la adsorción de las bacteriocinas a la carne o a las partículas de materia grasa.  También pueden interferir factores como cambios en la matriz alimentaria (degradación de proteínas), cambios en la flora microbiana durante la maduración, aumento del número de microorganismos en la carne por contaminaciones externas, requerimientos de componentes específicos para su acción, entre otros. 
El uso de la biopreservación debe considerarse sólo como una medida adicional a las Buenas Prácticas de Manufactura durante el procesamiento, almacenamiento y distribución de las carnes. Además las bacteriocinas  no deben ser consideradas como inhibidores por sí mismas ya que actúan sinérgicamente como una barrera adicional con otros métodos de preservación, en la que los efectos combinados del pH, la temperatura y disponibilidad de oxígeno en forma simultánea sirven para preservar el alimento.
Teniendo en cuenta los resultados de los estudios anteriores se puede concluir que la bio-preservación ya sea usando las cepas protectoras directamente, extractos o los metabolitos que estas producen, es un método de conservación que usado junto a Buenas Practicas de Manufactura puede alargar la vida útil de carnes y sus derivados. 
Fuente:
Revista Chilena de Nutrición Vol. 36, N°1
Chile, marzo 2009


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