Dos medidas como subir los impuestos a la comida rápida e informar más sobre su contenido en calorías podrían ayudar a limitar el consumo de estos productos y favorecer que la población pudiese mantener un peso más saludable. Ésta la conclusión de un estudio de la Universidad de Maastricht, en Países Bajos, que se ha publicado en la revista ''American Journal of Clinical Nutrition''.
Tras estudiar los hábitos de 178 universitarios estadounidenses, Janneke Giesen, de la Universidad de Maastricht, descubrió que esta población en general compra menos productos calóricos para comer cuando el azúcar o las grasas tienen un impuesto del 25% o más.